Iraya Hernández nos recibe en su finca ‘El Viento a Favor’, donde vende su producción, y desde hace unos meses también recibe visitas, en lo que esta joven agricultora define como un “rincón de la tranquilidad”.
Sus abuelos trabajaron toda la vida en el campo, y su padre fue el encargado de inculcarle esa pasión por la agricultura, sin embargo, no fue hasta el año 2008 cuando Iraya Hernández decidió tomar las riendas de su finca familiar. Pero no lo hizo de cualquier manera. A pesar de que su padre siempre se había dedicado a la agricultura convencional, su alergia a los productos químicos provocó en ella un interés por lo ecológico que fue creciendo hasta el punto que decidió formarse en el ámbito de la agricultura ecológica. Tras esto, preparó la tierra y comenzó a cosechar de forma ecológica en su finca, ubicada junto al cauce del Barranco de Aguacencio, en Breña Alta.
Para Iraya, en la agricultura ecológica lo fundamental es “nutrir el suelo, colaborar con la naturaleza y entender por qué vienen las cosas. Es el trabajo del día a día, colaborar, de alguna manera, a que vengan insectos favorables para que las plagas no se desequilibren, pero eso se consigue según vas aprendiendo a tratar bien el suelo”, expresa.
Su finca se ha convertido en su día a día, donde reconoce que le dedica muchas horas, destacando que “aparte de ser agricultores, también somos gestores, informáticos, matemáticos, químicos y vendedores, un poco de todo. Trabajo de lunes a lunes las horas que sean necesarias”.
En sus inicios, todo lo que recolectaba lo vendía durante el fin de semana en el Mercadillo de Puntagorda. Sin embargo, hace aproximadamente seis meses se aventuró en un nuevo proyecto personal y profesional: abrir al público su finca. ‘El Viento a Favor’ es más que una finca ecológica para esta agricultora, donde invita a “entrar y vivir tu propia experiencia sobre nuestra forma de cultivar. Por el camino podrás encontrarnos trabajando y haciendo labores en nuestros cultivos. También podrás ver, oler y probar los frutos de nuestra tierra. Disfruta del camino con calma, y de esta finca ecológica palmera que durante cuarenta años hemos cultivado con tanta emoción”.
‘El Viento a Favor’ se creó con el objetivo de convertirse, en un futuro, en un proyecto orientado a visitas, “con el fin de enseñar a la gente que viene de fuera cómo se trabaja aquí la agricultura ecológica, que pudiesen verlo de primera mano y disfrutar de la finca”, manifiesta Iraya. Además de recibir visitas, también cuenta con una tienda donde cada martes, entre las 10:00 y las 18:00 horas, vende directamente al consumidor todo lo que recolecta durante la semana. Las características con las que cuenta, entre las que destaca la ubicación de la tienda dentro de la propia finca, hacen que ‘El Viento a Favor’ se haya convertido en una finca pionera en la Isla y en un referente para el resto de agricultores.
Asimismo, también se encuentra trabajando en un nuevo proyecto para impartir talleres sobre agricultura ecológica orientados a los más pequeños. “En un primer momento pensamos en hacer talleres para colegios, pero estos traen muchos niños a la vez. Entonces decidimos focalizar un poco más y que sean los padres realmente interesados, los que traigan aquí a sus hijos a aprender. Nuestra intención es poder llevarlos a cabo los fines de semana”, añade con entusiasmo esta joven agricultora.
En esta peculiar finca puedes encontrar todo tipo de frutas, verduras, flores, e incluso cuenta con invernaderos donde cultiva setas desde hace cuatro años: “Tenemos unos cincuenta cultivos en producción, un poco de todo, la agricultura ecológica debe ser así, no puedes tener un monocultivo. Contamos con todo tipo de verduras y frutas como naranjas, fresas, pomelos, mandarinas, kiwis, plataneras, calabacines, acelgas, boniatos, habichuelas, habas o judías. Se trata también de mantener lo que se ha cultivado en la finca toda la vida. Las plataneras que sembramos, por ejemplo, son las plataneras criollas que se han cultivando aquí, y están bastante adaptadas al clima. También intentamos mantener las lechugas que son de la Isla, sobre todo por eso, porque las que más adaptadas estén, tienen menos plagas”, destaca.
Algunas de las particularidades de ‘El Viento a Favor’, según Iraya Hernández, es su buena ubicación, emplazada en una ruta de paso como es la Ruta de las fuentes, en Breña Alta. Además, expone que “la cantidad de cultivos que tenemos en esta finca no se encuentran en otra. Aquí, por ejemplo, tenemos cultivo de setas, que eso no lo tiene ninguna otra finca de la Isla, y plantas de aguacateros que tienen más de cien años”. Sin embargo, destaca que “cada finca es especial en sí misma y cada una tiene su personalidad. En esta puedes encontrar cosas que quizás no ves en otras, al igual que nosotros no contamos con ciertos productos que sí ofrecen otras fincas”.
Para esta joven agricultora, el término ecológico en la actualidad está cada vez más en auge, y lo llega a calificar como “una moda”, pero que puede ser beneficioso de cierta manera: “A pesar de que hoy en día todo lo ecológico tenga esta fama, nos puede servir para trabajar y educar a niños y mayores para que esa moda se convierta en una forma de vida. Hay que aprovechar las modas. Si trabajas de fondo puede quedarse, pero si te aprovechas de ella y no vas un paso más allá, la moda se acaba y tú también”, manifiesta.
En este sentido, Iraya reconoce que los jóvenes tienen cada vez más interés por la agricultura ecológica, destacando que hoy en día se ven más jóvenes dedicándose a esta actividad en comparación con sus inicios. A pesar de esto, lo fundamental para ella es tener conciencia: “Hay que trabajar mucho, no es echar semillas al suelo y esperar. Tampoco se puede sembrar pensando en exportarlo todo, porque así no funciona aquí. Debemos trabajar con personas que aprecien y valoren nuestro trabajo”.
En un futuro, le gustaría verse con una finca evolucionada, con proyectos de aprendizaje para niños y mayores, y algo fundamental para ella: “Trabajar para aprender”.